El primer detalle que nos llamó la atención es que la base contenía agua caliente. Pero caliente caliente!! Cada fumada te ardía la garganta y era más "cosotoso" aspirar el humo.
La cazoleta que usan son las de barro malas que vienen con la shisha cuando la compras y ya que estamos acostumbrados a la cerámica un pelín mayor pues notamos lo poco que nos duró la shisha.
El papel de aluminio lo ponen por la parte brillante hacia arriba (supongo que no influye en nada, pero echamos unas risas con ello jeje)
A la hora de los agujeros, que es algo en lo que yo pongo dedicación y arte, va el tío y le pega cuatro clavadas por ahí con el punzóin gordo que traen las pinzas y a correr.
Además el tabaco le echan sobresaliendo mucho y aplastado con el papel de aluminio, que por cierto lo dejan flojillo y seguro que se escapa aire por todos sitios.
También los tabacos como estaban allí en tuppers abiertos al aire libre, es decir, sequísimos, cuando los ponían le echaban melaza o glicerina para humedecerlos. Eso es lo que le daba más sabor y el único detalle que les voy a robar.
Total, 12€...que no volveré a gastar.
PD: En cuanto salimos de allí nos hicimos una cachimba con su tabaco bien puesto, sus agujeros en condiciones y una base con musho hielo y algo de alcohol. Nos dimos cuenta de quienes son unos auténticos cachimberos...