Se trata de una práctica muy extendida en los países árabes cuyo consumo está aumentando en los últimos años en las sociedades occidentales gracias a la proliferación de los bares y restaurantes en los que se puede fumar en pipa o cachimba, muy populares sobre todo entre los jóvenes y adolescentes.
Este crecimiento se debe en gran parte a cuatro mitos construidos alrededor de su consumo: que es menos nocivo que los pitillos, que el agua que forma parte de su mecanismo filtra las sustancias nocivas, que es menos irritante para la garganta y el tracto respiratorio y que el tabaco está hecho de frutas —normalmente están aromatizados con esencias frutales- y por ello es una opción sana.
Resultados
En contra de la creencia popular de que el tabaco empleado en la cachimba es menos nocivo, los autores de este estudio señalan que contiene más nicotina, alquitrán y metales pesados que el de los cigarrillos convencionales.
En cuanto al humo, el que procede del tabaco de pipa contiene una concentración de monóxido de carbono que varía entre un 0,34% y un 1,40% (más elevado en pipas de menos tamaño y de sitios públicos), mientas que el humo de los cigarrillos contiene un 0,41% de esta sustancia.
Como consecuencia de los altos niveles de CO, la concentración de carboxihemoglobina —medida en 1.832 varones sanos voluntarios de Arabia Saudí- es más alta entre los fumadores en pipa de agua (10,1%) que en los fumadores de cigarrillos (6,5%) y los no fumadores (1,6%).
Comportamiento de riesgo
Fumar en pipa de agua es por tanto un comportamiento de riesgo que tiene unas consecuencias nocivas para la salud similares a las de los cigarrillos. Cáncer de pulmón, disminución de la función respiratoria, dependencia, bajo peso en recién nacidos de madres consumidoras, infertilidad… Incluso en algunas de estas patologías los fumadores en pipa presentan un riesgo mayor que los de tabaco.
Al ser una práctica eminentemente social, lo normal es que varias personas compartan la pipa, lo que implica que todos ellos aspiran a través de la misma boquilla que pasa de boca en boca, lo que supone una fuente de transmisión de enfermedades infecciosas como la Hepatitis C o el Herpes Simplex.
En el caso de los adolescentes existen peligros añadidos ya que dentro de este grupo de fumadores es común la mezcla del tabaco con marihuana o hachís y la sustitución del agua por bebidas alcohólicas. "Estas combinaciones tienen, indudablemente, peligros añadidos, graves para la salud", según el informe.
La tácita aceptación por parte de los padres, que incluso fuman con sus hijos, y que su consumo es relativamente barato, hacen de la pipa de agua algo muy atractivo para los jóvenes."